Una pileta reluce entre las rejas. No son las rejas de un patio de un vecino común. Son las rejas de una de las celdas de la Cárcel de Coronda. Puntualmente, pabellón 7°. Un piletín, de los modernos. Allí soportan las altas temperaturas condenados, entre ellos, quien fuera uno de los jefes de la barra brava de Colón de Santa Fe, Juan “Quique” Leiva, que cumple una condena por homicidio.
Sin embargo, para Pablo Cococcioni, Secretario de Asuntos Penitenciarios de la Provincia, “no es ilegal” la colocación de piletines en los patios de los pabellones. “No se trata de una medida de privilegio, cualquier pabellón que presente un petitorio para colocar un piletín, salvo que haya algún problema de seguridad, es autorizado”, dijo en diálogo con la radio LT10 de Santa Fe. Cada pabellón concentra a unos 40 presos en total.
La foto y la novedad generó controversia en el territorio santafesino. Al respecto, Cococcioni insistió en que es “una práctica antigua y generalizada para mitigar los efectos del calor”. Según sus dichos “cada pabellón tiene su patio y en cada uno de los que se pidió y autorizó se encuentra un piletín”.
Las autoridades también recordaron que la Unidad Penal I tiene doce pabellones y en varias oportunidades se permitió el ingreso de piletas de lona para realizar los bautismos de los internos que se convierten a la fe de la iglesia evangélica. Estas situaciones, se resaltó, cuentan con expresa autorización.
Quique Leiva, detenido en una cárcel de Santa Fe, con la polémica pileta.
Fuente: Clarín