Con un repertorio que limitó al comienzo a su último disco “Once” y donde no quedan vestigios del canto de raíz, Abel Pintos profundizó su transformación pop anoche en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín, ante una plaza Próspero Molina extasiada, que lo ovacionó de pie y que lució colmada, como no había sucedido a lo largo del festival que comenzó el sábado pasado.
El show de Pintos, que arrancó a las 0:45 de hoy y terminó a las 2 de la mañana, lo mostró en su poética, sus tonos y hasta los pequeños alaridos que entregó de a momentos y sus bailecitos en el escenario, mucho más cerca de un cantante pop español que del joven que surgió a fines de los 90 como una de las voces más prístinas y delicadas del folclore argentino.
Esta suerte de “españolización” de Pintos, que efectivamente gana espacio en el mercado de discográfico de la península Ibérica, adonde viaja en mayo para una gira presentación de su último material, se vio incluso antes de la actuación, en la conferencia previa que ofreció a la prensa acreditada.
Allí, su modo de hablar, la excesiva repetición de la palabra “pues” y el uso del vocablo “luego” no al modo argentino sino como se utiliza en España (más como sinónimo de por lo tanto que como adverbio de tiempo), denotaron la transformación que viene experimentando el cantante y autor, de presente exitosísimo y con una promisoria carrera con proyección internacional.
La veta de un pop latino romántico, existencial, intimista y con alardes de preciosismo lírico estuvo a tono también con la vestimenta que Pintos lució sobre el escenario Atahualpa Yupanqui: calzas negras y saco blanco con ribetes en lentejuelas negras, que se prolongaban a la guitarra.
De hecho el show, marcando una tendencia, arrancó con “Como te extraño” y “Pájaro cantor”, dos de los nuevos hits de su álbum lanzado en octubre pasado, que comenzará a presentar oficialmente en una gira por Argentina y España cuando concluyan las actuaciones de los festivales de verano, donde es la figura más convocante de todos los escenarios.
“Este nuevo giro en mi repertorio no es algo que alguien me haya pedido ni que me impusieran sino que tiene que ver con una curiosidad y una necesidad musical propias”, había expresado en la charla con la prensa previa al show, consultado sobre el evidente cariz que va tomando su carrera, que parece haber cortado definitivamente los lazos que la unían al canto de raíz dentro del que surgió.
“Me crié escuchando muchos géneros musicales y para mí desplegar estos distintos géneros se transformó en una necesidad y además me divierte; me encanta hacer pop y también me encanta hacer folclore”, aseguró anoche.
Después de los temas de “Once”, Pintos acudió a hits que le garantizan la respuesta inmediata del público, que los atesora como joyas, del tipo “Peregrinos”, “De solo vivir”, “El río va” y “Sueños dorados”, dejando un espacio más folclórico que compartió con Nahuel Pennisi, con quien hizo versiones, no muy logradas, del clásico de Hernán Figueroa Reyes “El corralero” y el himno de Atahualpa Yupanqui “Chacarera de las piedras”.
Fuente: http://www.lanueva.com/aplausos/892032/ovacionaron-a-abel-pintos-en-el-festival-nacional-de-folclore-de-cosquin.html