Por Mario Koltan-A partir del próximo 20 de enero, comenzará la administración Trump. Lo que hace poco más de un año parecía una excentricidad, hoy es una realidad. Esto representa una nueva derrota de los grandes medios dominantes, y de los institutos de sondeo y encuestas de opinión.
Entramos en una nueva era, donde su rasgo determinante es lo ‘desconocido’. Ahora todo puede ocurrir. La presidencia de Trump abre también una etapa de gran incertidumbre a nivel nacional, internacional, económico y social. La ruptura entre la sociedad y la política se evidencia en las urnas.
Desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido) ya nada es igual en el mundo. Los ciudadanos están profundamente desencantados. Su victoria reflejó un cambio fundamental en la política internacional que ya se había evidenciado este año en acontecimientos como el referendo en el Reino Unido para dejar de formar parte de la Unión Europea.
Los mercados globales cayeron después de la elección del martes y muchos se apresuraron a tratar de entender lo que podría significar en términos locales. Para México, pareció presagiar una nueva era de confrontación con su vecino del norte. El peso mexicano se desplomó 13 por ciento inmediatamente después de la elección, en su más grande caída en décadas. No sorprende que la mayor parte del mundo apoyaba a Hillary Clinton y no a Trump, cuya política exterior se define con poner a “Estados Unidos primero”.
Con el paso de los días podremos analizar con más calma los motivos de la sorpresiva victoria de Donald Trump, pero de momento podemos avanzar que su peculiar discurso ‘antisistema’, su capacidad por movilizar a los votantes blancos y la falta de entusiasmo por su candidata rival han decantado la balanza en su favor.
En 1980, la inesperada victoria de Ronald Reagan a la presidencia de Estados Unidos hizo entrar al planeta en un Ciclo de cuarenta años de neoliberalismo y de globalización financiera. La victoria hoy de Donald Trump puede hacernos entrar en un nuevo Ciclo geopolítico cuya peligrosa característica ideológica principal es el ‘autoritarismo identitario’.
Mario Koltan es presidente del Partido Unión y Progreso Social.
