Nadie lo puede creer todavía. Todos se hacen las mismas preguntas. José Antonio “Pico” Peralta fue derivado a la comisaría de donde se escapó con la ayuda de sus cómplices, gracias a un pedido firmado por el secretario de juzgado Ramón Alberto Zelaya, acerca del cupo para alojar al delincuente en otro lugar. Peralta estaba desde el 8 de agosto en la alcaidía de la Dirección de Investigaciones: había sido detenido por robo luego de permanecer prófugo durante un año y fue su abogado defensor el que solicitó a la fiscalía que “le encontraran otro lugar con mejores condiciones de encierro”. Zelaya es el secretario del Juzgado Federal de Fernando Poviña quien interviene en la causa por drogas en la que se encuentra imputado “Pico” Peralta.
El pedido tuvo su respuesta el 30 de agosto, derivándolo a la comisaría de Delfín Gallo, ubicada en el este de la provincia. En la policía se conoce que este lugar no es uno que se caracterice por tener la mejor estructura de seguridad para un preso de estas características pero le adjudican este yerro exclusivamente a la justicia. “Nadie nos pidió condiciones especiales de alojamiento y que se reforzara la seguridad”, es la respuesta con la que se encuentra cualquiera que pregunte sobre el tema.
La tarde del martes, cuatro delincuentes bajaron de un VW Gol de color gris, irrumpieron en la comisaría de Delfín Gallo, redujeron a la guardia entera de esa dependencia y luego liberaron Peralta. “Pico” es el cabecilla de una de las bandas dedicada al “narcomenudeo”. “Los Treinta”, tal como se le llama al temible grupo delictivo, permanecía hasta este episodio, casi al margen de los últimos hechos violentos registrados por enfrentamientos y allanamientos de la policía Federal realizados sobre todo en la zona de Villa 9 de Julio y la Costanera.
Foto: La Gaceta.