Pablo Benítez y Karina, su esposa, sienten que vuelven a ser felices. Viajaron desde Laferrere a Tucumán solo para concretar una posiblidad que apenas soñaban: después de cuatro años, volvieron a ver caminar a Valentín, su hijo de ocho. Cuando, hace cuatro años, debieron amputarle sus dos piernas, la familia recibió el golpe más duro de todos. Valentín había sido diagnosticado una meningococcemia o púrpura fulminante que obligó a amputarle sus miembros inferiores por debajo de la rodilla y los dedos de su mano derecha.
Intentaron, a través del tiempo, encontrar una manera para que Valentín pudiera cumplir su deseo de caminar otra vez. Mientras vivían en Laferrere consultaban con especialistas de todo tipo que le ofrecían soluciones por encima de sus posibilidades económicas. Sin pensarlo, parecieron empezar a encontrar la solución de la manera más inesperada: a través de un ingeniero tucumano se puso en contacto con ellos a través de Facebook en el que les aseguraba que podía tener una respuesta concreta para el problema de Valentín. Edgardo Karschti, formado en la Universidad Tecnológica Nacional y Andrés Godoy y María José García Cabello, dos estudiantes de ingeniería biomédica se las ingeniaron para construir una prótesis adecuada en 3D.
Mirá el testimonio increíble:
Karina, la madre de Valentín:
María José y Andrés, estudiantes tucumanos de Ingeniería biomédica.
Foto: INFOTO