El Día del Abogado, en conmemoración al nacimiento de Juan Bautista Alberdi, autor imprescindible tucumano de lo que fue la base de la Constitución Argentina, es un pretexto para sumergirse en una vida fascinante y pródiga en hechos y obras.
Decidido opositor al gobierno de Juan Manuel de Rosas, debió expatriarse y pasó casi toda su vida en el exilio. Hacia 1840 concluyó sus estudios de Derecho en Montevideo. Más tarde viajó por Europa y Sudamérica. Finalmente se estableció en Valparaíso (Chile), donde se dedicó a su profesión de abogado con gran éxito, pero sin abandonar la literatura y el periodismo. Ejerció una gran influencia en las instituciones políticas argentinas.
En 1852 escribió Bases para la organización política de la Confederación Argentina,tratado completo de Derecho público americano, prácticamente un «borrador» de la Constitución Nacional Argentina de 1853. Adherido a la Confederación y enfrentado a la política de Buenos Aires, en 1855 fue nombrado consejero del gobierno del general Justo José de Urquiza y representante plenipotenciario de la Confederación Argentina en la legaciones de París, Madrid y Londres.
Junto a Domingo F. Sarmiento -con quien polemizó duramente en la Cartas Quillotanas-, fue uno de los intelectuales más importantes e influyentes de Argentina y América Latina durante el siglo XIX. Muchas de sus ideas y propuestas se plasmaron en el régimen político que se consolidó en los 80. La derrota de Urquiza ante Bartolomé Mitre en la batalla de Pavón (1861) le obligó a prolongar su exilio, permaneciendo en Francia. Regresó al país por un breve periodo de tiempo pero volvió a Francia, donde murió.
Fue autor de numerosos trabajos que incluyen el ensayo, la crítica literaria, la polémica, etc., de los que, además de las Bases, podemos mencionar Las palabras de un ausente, El voto en América, El crimen de la Guerra, Sistema Económico y rentístico de la Confederación Argentina, Preliminar al estudio del derecho. También fue redactor de numerosos periódicos políticos y literarios, publicó una serie de artículos costumbristas -bajo el seudónimo de Figarillo– y escribió una crónica dramática sobre la Revolución de Mayo.