Abel Fernando Delgado, un detenido de la comisaría 11 en Tucumán, murió el 19 de agosto tras varios días enfermo en su celda sin recibir atención médica adecuada. Los presos de la misma comisaría habían grabado un video alertando sobre su estado crítico, pero no fueron escuchados. Delgado, que había sido encarcelado nuevamente en julio por una denuncia de violencia de género, sufría de VIH sin tratamiento y fue trasladado al hospital solo cuando su situación ya era irreversible.
Los detenidos grabaron un video denunciando las pésimas condiciones en la comisaría, donde Delgado se encontraba muy debilitado. Solicitaban la intervención de Derechos Humanos y describían las malas condiciones de higiene y la falta de atención médica. Aunque Delgado fue llevado al Hospicio del Carmen y luego derivado al Hospital Avellaneda, falleció poco después.
Delgado había sido condenado previamente por agredir a una peluquera y fue arrestado nuevamente en julio por una denuncia de su pareja. Aunque su familia le llevaba comida y ropa, nunca informaron sobre su estado de salud, y la policía afirmó que no sabían que estaba enfermo de VIH hasta el último momento.
La Unidad Fiscal de Homicidios investiga el caso, mientras se espera el resultado de la autopsia, que indicó que murió por una infección generalizada.
