Julio Ernesto Hashiguchi, empleado de una empresa azucarera en Banda del Río Salí, está siendo investigado por presuntamente estafar a la compañía emitiendo y anulando remitos electrónicos para desviar mercadería a otros destinos. Este esquema fraudulento habría generado un perjuicio económico de aproximadamente 200 millones de pesos entre marzo y junio de 2024.
Hashiguchi, quien trabajó durante más de ocho años en el área de logística comercial, supuestamente emitió 15 remitos electrónicos entre el 7 de marzo y el 18 de junio, justificando entregas a dos empresas acreedoras. Después de que la mercadería salía de los depósitos, anulaba los remitos en la web de AFIP y enviaba los productos a otros destinos, incluyendo una fraccionadora en calle San Miguel 50.
El fraude salió a la luz cuando una de las empresas afectadas intentó realizar un pedido y descubrió que no tenía saldo a favor. Esto llevó a una investigación interna que reveló que ninguna de las empresas había recibido la mercadería consignada.
Hashiguchi renunció a su trabajo tras la investigación interna, y su implicación en la estafa fue confirmada al revisar los movimientos en el sistema de AFIP. Los choferes que realizaron las entregas confirmaron que Hashiguchi les daba las instrucciones y autorizaciones para las entregas.
El 5 de julio, la División de Delitos Telemáticos allanó la casa de Hashiguchi y la fraccionadora, incautando dispositivos móviles y computadoras que serán peritadas para buscar posibles coautores.
En una audiencia, la fiscalía formalizó la acusación contra Hashiguchi por estafa y solicitó medidas de coerción. La jueza Isabel Méndez ordenó que el acusado se presente semanalmente en la comisaría mientras continúa la investigación.
Fuente: La Gaceta