Consiguió un permiso extramuros: lo asesinaron dos horas antes de volver al penal

Publicado el: 22 junio, 2016

Un permiso de salida transitoria concedido a un joven condenado por el homicidio de una mujer en 2011 terminaría siendo el dato insoslayable de lo que le sucedería: Sergio Luis Ortiz, de 20 años fue asesinado en la esquina de Ramón Cajal y Juan Posse.

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El hecho desencadenó un posterior enfrentamiento entre dos grupos y el  ataque a la vivienda del presunto homicida de Ortiz, a la cual los allegados a la víctima prendieron fuego. Hubo corridas, quema de tres vehículos y varios disparos como parte de la tensión entre los integrantes de ambas facciones. Para controlar la conflictiva situación fue necesaria la presencia de efectivos de Infantería, del Gupo CERO y de la División Bomberos además de los pesquisas de la División Homicidios y personal de 911 quienes fueron los primeros en intervenir ante una llamada recibida.

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Más adelante, una alta fuente policial confirmaba la víctima  gozaba de un permiso de salida transitoria sin custodia otorgado el 2 de junio pasado por la Sala III de la Cámara Penal que se extendía desde las 8 a las 20 para, según consta en el escrito de autorización, “estrechar vínculos familiares”. Como tutora y encargada de retirar ayer al preso de Villa Urquiza y de restituirlo al penal aparecía en el permiso Miriam Mansilla, una familiar del joven asesinado.

Ortiz, vivía en la Manzana F de la calle Wagner al 600 y el principal sospechoso del hecho sería una persona identificada como Marcelo Acosta (a) “El Mechudo”. La primera hipótesis que barajan los pesquisas es que el atacante sería un “transa” conocido en la zona con el que Ortiz habría discutido momentos antes del homicidio. La primera hipótesis que barajan en la fiscalía que conduce Diego López Avila indica que el fallecido habría sido víctima de un “ajuste de cuentas”.

Ortiz gozaba de un permiso de salidas extramuros luego de ser condenado a 8 años de prisión por el homicidio de Alicia Reynaga ocurrido en 2011 y la policía pensó que esa circunstancia podría haber sido el desencadenante de su muerte. Los investigadores, en efecto, relacionaron indefectiblemente el crimen de la mujer con lo sucedido en las últimas horas.

No obstante, la otra hipótesis indica que la víctima podría haber discutido con el sospechoso en el momento en que le compraba a este algún tipo de sustancia.  La versión indicaba que el homicidio podría ser la consecuencia de una deuda de dinero que mantenía la víctima por la compra de estupefacientes. En ese sentido, no se descarta tampoco que pudieran estar implicados otros actores vinculados a un negocio que parece no dejar de crecer en Tucumán.

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