Este sábado, el presidente Javier Milei y sus ministros asistieron al Tedeum en la Catedral Metropolitana, encabezado por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva. Durante la ceremonia, el arzobispo lanzó una dura advertencia sobre el avance del narcotráfico, la corrupción y las coimas en el país.
El arzobispo García Cuerva comenzó su discurso reconociendo que el agradecimiento a Dios puede sonar ingenuo desde la perspectiva de aquellos que tienen la panza llena y viven abstraídos de la realidad. “Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande. Nosotros no podemos hacernos los tontos, hay que responder con hechos”, indicó, remarcando que el Tedeum es el canto obstinado de aquellos que no quieren dejar morir la esperanza.
Criticó la falta de acción solidaria y el encuentro de fraternidad, señalando: “Parecemos tener las manos paralizadas para construir el encuentro de la fraternidad, para abrazar a los heridos o ser solidarios con los que menos tienen”. Además, pidió a Dios que preserve al país de las manos manchadas por el narcotráfico, la corrupción y las coimas, afirmando que “necesitamos que Dios nos cure”.
García Cuerva también alertó sobre la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y la escasa llegada de los servicios de salud a quienes más lo necesitan. Asimismo, cuestionó los aumentos de sueldo otorgados en el Congreso y la situación de los jubilados, expresando: “Siguen doliendo acciones de la dirigencia, como los aumentos de sueldos”.
Finalmente, el arzobispo llamó a comprometerse para que la acción de gracia continúe en las calles y advirtió sobre el peligro de desear que al otro le vaya mal, afirmando que esa actitud carcome los cimientos de la Patria. Con un mensaje claro y contundente, instó a las autoridades presentes a actuar con responsabilidad y solidaridad ante los desafíos que enfrenta el país.