En abril, la inflación en Argentina mostró su cuarto mes consecutivo de desaceleración, alcanzando un 8,8%, la primera vez en medio año que la tasa queda en un dígito. Para el presidente Javier Milei, esta cifra fue como “una goleada”, aunque economistas señalan que se debe principalmente a la caída en el consumo.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) reportó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló un incremento del 65% en lo que va del año y un 289,4% interanual. Esto refleja una tendencia a la baja desde el pico de 25,5% registrado en diciembre pasado.
El economista Salvador Di Stefano resaltó que “la inflación baja por una caída en la demanda, no por una mayor oferta”. Esto se ve reflejado en el informe de la consultora Focus Market, que indicó una contracción del consumo del 20,4% en comparación interanual y del 17,1% respecto a marzo.
Damián Di Pace, director de Focus Market, mencionó que la subida en las tarifas de servicios públicos afectó los bolsillos de los argentinos, reduciendo el margen para otros gastos. Categorías como vivienda, agua, electricidad, gas, salud y transporte también experimentaron aumentos significativos, superando incluso el 300% interanual en algunos casos.
Para Di Pace, la corrección de precios relativos, como las tarifas de servicios, está impactando negativamente en la capacidad de gasto de los hogares. Sin embargo, señaló que será crucial observar si la actividad económica repunta y los salarios se recuperan para evaluar una inflación más baja en el futuro.
Bruno Bonfanti, economista jefe de Ecolatina, agregó que el desafío será romper la inercia inflacionaria, especialmente cuando se ajusten precios regulados y servicios privados en los próximos meses.
Fuente: La Gaceta