Los investigadores de delitos telemáticos quedaron sorprendidos al revisar los grupos de WhatsApp surgidos tras las peleas entre estudiantes en Tucumán. Estos grupos mostraron un nivel de violencia inesperado, con mensajes de jóvenes menores de 17 años celebrando los enfrentamientos y dispuestos a participar en otros similares.
La respuesta rápida del gobernador Osvaldo Jaldo, imponiendo medidas duras de la Policía y las autoridades educativas, generó un efecto inmediato.
De los cinco grupos surgidos después de las peleas, solo uno, llamado “Puterío Tucumán”, seguía activo con 20 mil participantes, muchos más que el día anterior. El jefe de Policía Joaquín Girveau anunció investigaciones sobre los creadores de estos espacios virtuales, lo que llevó a que la mayoría dejara de tener actividad y desaparecieran.
Sin embargo, aparecieron otros grupos como “Tucucity Puterío” y “Quemazón Centro 2.0”.
En estos grupos se compartían mensajes, audios y videos amenazantes, así como información sobre horarios de salida para confrontaciones. La situación alarmó a padres y autoridades, quienes tomaron medidas. Además, se observaron intentos de aprovechar estos espacios para vender drogas.
