El cantante despidió a su manager y se habla de un mal trance económico del cantautor que supo amasar una fortuna en medio siglo de carrera.
Tras 25 años trabajando con Rosa Lagarrigue, Alejandro Sanz dio abruptamente por finalizada su relación laboral. Desde la oficina de Lagarrigue no quisieron hacer comentarios al respecto.
Cuentan las “malas lenguas” que la ruptura se concretó tras una auditoria en las cuentas del artista. “Las cuentas no cerraban”, repiten desde su entorno. “Sanz ordenó una auditoría y los resultados no debieron de gustarle porque la decisión fue fulminante”, explicó una fuente cercana al español.
“Corazón partío”, titulan los medios europeos, jugando con el título de su viejo hit. A los 47 años, el español ha vendido más de 23 millones de discos. No faltaron postulantes que enseguida se ofrecieron para representar a Sanz, pero por ahora trabajará junto a su hermano. Uno de los grandes candidatos a sumarse a su equipo: Marc Anthony. Sanz se encuentra en plena gira y promoción de su último disco, “Sirope”.
Alejandro Sánchez Pizarro -su nombre real- ya sufrió algunas “traiciones”: en 2007, demandó a su ex mayordomo y a la mujer de éste por chantaje. Según documentos que salieron a la luz entonces, los antiguos empleados le exigían 500.000 dólares a cambio de no revelar a la prensa ciertos aspectos de su vida privada. Un año después, los ex empleados se declararon culpables y alcanzaron una acuerdo con la Fiscalía Estatal del condado de Miami-Dade.
Mientras se habla de problemas económicos, Sanz esquiva el tema y muestra su nuevo tatuaje, diseñado por un artista mexicano. La imagen: un búho acompañado de una brújula. ¿Señal de que perdió el rumbo?
“Me llevo un poquito de arte mexicano”, explicó el español en Instagram.
Fuente: Alto Escandalo.com