En el mercado financiero se especula con la posibilidad de que el gobierno de Javier Milei autorice una devaluación del tipo de cambio en los próximos días para beneficiar al sector agrícola y facilitar la liquidación de la cosecha.
Fuentes de las bolsas de Buenos Aires y Rosario han coincidido en que es muy probable que la Casa Rosada acceda a devaluar el peso argentino a un valor entre 940 y 960 pesos, lo que representaría un aumento de alrededor del diez por ciento.
Los rumores sobre una posible devaluación vienen circulando desde hace varios días, pero se intensificaron especialmente antes del discurso de Milei en el Congreso. El viernes, el dólar futuro registró un importante aumento ante la especulación de una eventual devaluación cercana a los 1000 pesos.
Se considera que la devaluación del tipo de cambio podría ser una estrategia de negociación con la oposición “dialoguista”, que se opone a la idea de aumentar las retenciones como parte del proyecto original de la Ley Ómnibus. El oficialismo podría plantear la mejora de la rentabilidad que implicaría la devaluación a cambio de aceptar un aumento temporal de las alícuotas.
Los economistas han señalado que la aceleración del crawling peg o una devaluación más tradicional era inevitable, pero el gobierno evitaba asumir el costo político de una subida abrupta de los precios.
Ante la resistencia a enfrentar ese costo político, en el Ministerio de Economía analizaron la posibilidad de levantar el cepo y permitir que la devaluación sea determinada por el mercado. Sin embargo, Milei enfrenta limitaciones en cuanto a reservas de dólares y necesita mantener el impuesto PAIS, que es una fuente importante de ingresos a pesar de la recesión.
Milei ha indicado a Cristian Ritondo que podría considerar levantar el cepo recién en octubre, pero para ello el gobierno requiere una cosecha sólida del campo, dado que el FMI se ha mostrado reacio a proporcionar fondos adicionales.
El sector agrícola se ve afectado por la caída en el precio internacional de la soja y el aumento de los costos en dólares, lo que ha diluido los beneficios del anterior salto del dólar a 800 pesos. Por esta razón, se plantea un dólar para la exportación por encima de los mil pesos.