En Alderetes, durante el pasado fin de semana, un vecino descubrió un cadáver cubierto con una frazada gris en la galería de una casa cercana, ubicada en la avenida Independencia al 2.500. Tras alertar a la Policía, se desencadenó una investigación sobre lo que los lugareños denominaron “El crimen de la ladrillera”.
La víctima, identificada como Antonio “Cata” Olivera de 63 años, residía solo en la vivienda. Los peritos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) encontraron evidencia de que Olivera había sido golpeado y estrangulado, presentando también lesiones defensivas que indican que se resistió al ataque.
Uno de los desafíos para los investigadores es la falta de testigos presenciales debido a la distancia entre las viviendas. Aunque la zona está poblada de perros, que suelen ladrar ante situaciones extrañas, en este caso no se registró ninguna alerta.
Según los primeros hallazgos, la víctima solía recibir visitas nocturnas y consumir grandes cantidades de alcohol. La pesquisa se centra ahora en la vida de Olivera para identificar a las personas que solían visitarlo y determinar si había enfrentado problemas recientes que pudieran motivar un acto de venganza.
Los peritos sugieren que el crimen fue cometido por dos o más personas, conocidas por la víctima, y que no parece haber sido un robo, ya que sus pertenencias de valor permanecían intactas en el lugar.
