Andrés Sauma se enfrenta al inicio del juicio en su contra con un visible arrepentimiento por haber defendido su propiedad, admitiendo abiertamente su error. El carnicero, que esta semana será acusado por la muerte de un joven que irrumpió en su hogar para robar, reflexiona sobre su situación con pesar y sinceridad.
El 14 de abril de 2023, Sauma fue alertado por un vecino sobre intrusos en la vivienda que estaba reparando para convertirla en su hogar. Al llegar al lugar con su pareja, intentó ahuyentar a los invasores golpeando la chapa del portón, pero se vio enfrentado a su reacción inesperada.
Sobresaltado y sintiéndose amenazado, Sauma disparó su arma contra el portón para asustar a los intrusos, sin imaginar las consecuencias trágicas: el proyectil alcanzó y acabó con la vida de Maximiliano Fernández (21). En medio del caos, Sauma llamó a la Policía, pero lamenta no haber relatado completamente lo sucedido por temor e ignorancia.
Desde entonces, su vida ha sido un torbellino de problemas legales y personales. Las autoridades lo acusan de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, y enfrenta la posibilidad de una condena de 11 años de prisión. Sauma, un hombre de trabajo y sin antecedentes penales, se siente abrumado por la incertidumbre y el miedo a las repercusiones.
Las amenazas recibidas lo obligaron a abandonar su hogar original y alquilar otro por seguridad. Incluso la casa donde ocurrió la tragedia fue incendiada, y los obreros contratados para repararla también fueron amenazados. La situación se volvió insostenible, y Sauma clama por el fin de esta pesadilla y el regreso a su vida cotidiana.
La Justicia y la Policía han tomado medidas para protegerlo, pero Sauma anhela que se haga justicia y se reconozca su error por actuar bajo el miedo. Su deseo es dejar atrás este capítulo oscuro y poder retomar su rutina laboral sin el peso de esta tragedia sobre sus hombros.