La competencia final será entre el libertario, Javier Milei, y el ministro de Economía, Sergio Massa. Esa batalla reconfigurará las expectativas de los actores económicos de cara al 19 de noviembre: crecerán los riesgos de un salto en el escalón inflacionario en medio de una economía que será -prevén en el mercado- regada con pesos en un contexto proclive al congelamiento del tipo de cambio. Esto convivirá con el discurso pro-dolarización que minimiza la demanda de pesos.
Tales definiciones surgen de los escenarios que en el propio mercado construyó antes de las elecciones de octubre. Los mismos prevén que el cepo seguirá estrangulando a la economía con una brecha cambiaria creciente. La volatilidad en el mercado cambiario seguirá además a la orden del día. El peso de la herencia (fiscal y de precios relativos) aumentará.
“Si el 22 de octubre hay un ballottage Milei-Massa, luce que la estrategia de seguir forzando el corto plazo va a seguir intacta. El ancla cambiaria va a operar con cada vez más menor eficacia sobre la inflación, con una paralización del mercado cambiario oficial y de los financieros y no se descarta una nueva batería de medidas fiscales intentando compensar la licuación previa. Después del 19 de noviembre vemos”, afirmó el último documento de Marina Dal Poggetto.
“Si Massa entra al ballottage difícilmente abandone el esquema actual hasta después de las elecciones finales, pero en el ínterin se verá obligado a ajustar el cepo al máximo y probablemente deba subir tasas para desalentar la dolarización de portafolios”, había alertado, en tanto, el ex ministro de Juntos por el Cambio, Dante Sica, desde Abeceb.
“Creemos que es el escenario dónde potencialmente podría haber más volatilidad y riesgos de aceleración significativa de toda la nominalidad. Massa tendría incentivos a profundizar la irresponsabilidad fiscal. Además, su programa no ofrece ningún ancla de expectativas (al contrario). Milei no tendría incentivos a anclar expectativas, ni parece estar bien posicionado políticamente para prometer revertir estas medidas fiscalmente irresponsables. Más bien, su estrategia probable sería intensificar su propuesta de “dolarización apurada” para intentar que buena parte de los desequilibrios ajusten antes y sus costos políticos los tenga que soportar Massa”, advirtieron Gabriel Caamaño y Juan Truffa en un informe de Outiler, publicado la semana pasada. “En el primer escenario [el mencionado], el riesgo de un evento nominal extremo, como una hiperinflación o una devaluación brusca (Rodrigazo), es mucho mayor”, advirtieron.
“Esperamos un dólar blue tensionado como en las últimas semanas, y un dólar oficial volviendo al crawling peg (sin salto). El acuerdo con el FMI dice desde 15-11 al 3% mensual. Hay artillería: dólar soja, swap chino y SUPER-CEPO (sic). Importante: es diferente al post-PASO, donde Massa tenía que pagar “sí o sí” a China, con plata del FMI. La salida de los pesos y la expectativa de la brecha cambiaria dependerá del discurso de Milei y el super-CEPO. La devaluación viene recién en diciembre”, escribió el economista Fernando Marull desde su consultora FMyA.
“En este escenario esperamos que se prolongue la situación actual sin coordinación, con Massa deteriorando aún más la herencia en términos fiscales y cambiarios y Milei sin incentivos a dar mayores precisiones sobre su programa”, dijeron en Anker. “Si Massa llega al ballottage, creemos que mantendrá el spot en $350, en línea con lo que ratificaron en las últimas horas Rubinstein y Setti. Mientras siga en carrera, suponemos que el Gobierno agotará todas las instancias para maximizar sus chances en noviembre. En ese sentido, la activación del segundo tramo del swap con China le permitiría el BCRA disponer de liquidez adicional en divisas por US$$5200 millones (…) Entre el 22 de octubre y el 10 de diciembre hay 33 ruedas, por lo que el segundo tramo podría utilizarse a razón de US$158 millones por día”, dijeron en la consultora 1816.
“Para Milei será funcional seguir insistiendo con el discurso dolarizador, ya que presiona al alza el CCL y la brecha, y esto dañará la percepción sobre el oficialismo en las cuatro semanas que separan la general de la segunda vuelta (19 de noviembre)”, estimó un informe de Portfolio Personal y luego cerró: “El candidato y ministro de Economía, por su parte, buscará evitar otro salto discreto del tipo de cambio oficial y su equipo reiniciará las devaluaciones periódicas (crawling peg). También habrá mayores regulaciones y trabas tanto sobre el mercado de cambios, como sobre los dólares financieros, lo que de todas maneras implicará que el drenaje de reservas continúe”.