En los primeros cinco meses de 2023, los gastos esenciales en alimentos y servicios para una familia promedio radicada en Tucumán, aumentaron casi un 40 por ciento. Según este ritmo, la Canasta Básica Total (CBT) en Tucumán ha subido casi $52.300, situándose en $185.740 en mayo para una familia compuesta por un matrimonio y dos hijos pequeños.
Si la familia no consigue acumular este monto, caerá por debajo de la línea de pobreza. La CBT provincial se incrementó levemente por encima de la inflación acumulada de 41,4 por ciento de enero a mayo, según datos de la Dirección de Estadística de la Provincia. Año tras año, esta canasta ha aumentado un 111,9 por ciento, apenas por encima del Índice de Precios al Consumidor.
Este aumento en la CBT apunta a un crecimiento en la tasa de pobreza que, según estimaciones de la Universidad Católica Argentina (UCA), superará el 43 por ciento de la población argentina. En Tucumán, el 2022 terminó con una tasa de pobreza del 43,5 por ciento, lo que anticipa un nuevo ajuste en las mediciones a finales de septiembre.
La Canasta Básica Alimentaria (CBA), un indicador clave de la indigencia, presenta un panorama aún más desalentador.
En Tucumán, una familia promedio necesitaba $91.498 en mayo para no ser considerada indigente. La CBA ha aumentado un 49,5 por ciento en lo que va de año, es decir, ocho puntos porcentuales más que la inflación, debido al aumento en los precios de los alimentos de consumo masivo. En términos interanuales, la CBA en Tucumán ha aumentado un 119 por ciento.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA subraya que la indigencia y la pobreza afectan en gran medida a los hogares de bajos recursos y a los habitantes de villas, aunque también hay “nuevos pobres” provenientes de las clases medias no profesionales. A pesar del aumento en los programas de transferencia de ingresos y asistencia alimentaria, la reducción de la pobreza ha sido menos notable que la disminución de la indigencia.
A nivel nacional, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que una familia promedio necesitaba $217.916 en mayo para no ser considerada pobre, mientras que para no caer en la indigencia, se necesitaban $99.053 al mes. En términos interanuales, la CBA y la CBT aumentaron un 122,6 por ciento y 118,6 por ciento respectivamente, y han experimentado incrementos del 47,4 por ciento y 42,9 por ciento en los primeros cinco meses del año.
Ecolatina señala que las familias de menores recursos destinan una mayor proporción de su ingreso a la alimentación y bebidas. Para el 40 por ciento de los hogares más pobres, estos gastos representan el 32 por ciento de su consumo, en contraste con el 21 por ciento en las familias de mayores ingresos. Esta disparidad en el impacto de la inflación está conduciendo a un aumento en la pobreza.