El brusco salto de los últimos días en la cotización del dólar paralelo, sumado a otras presiones existentes en la economía, preanuncian un fuerte escalonamiento en el valor de los alimentos y las bebidas, proceso que no sólo se concretará en los próximos días, sino también en mayo y junio, según fuentes de la industria.
La escena complicará todavía más lo que ya se vio con la canasta básica alimentaria de marzo que llegó a los 190 mil pesos para una familia integrada por cuatro miembros.
Este panorama, rompe alguna débil calma que se había obtenido en la remarcación de productos hasta cerrada la primera quincena de abril, sostienen desde el sector almacenero.
Si bien los insumos que se importan cotizan a dólar oficial (el viernes cerró a $ 225), el blue se proyecta en la cadena, afirman.
“Está todo imparable, los grandes proveedores de la industria ya nos anunciaron que tomemos como piso y sin asegurar nada, entregas de insumos con aumentos de 10 por ciento para abril, mayo y junio. De julio no se habla nada y todo es modificable, sin compromiso de entregas y cantidades”, describió ante una consulta, un empresario del rubro alimentario.
El delicado momento de la economía y de la política riega de incertidumbre a los fabricantes, muchos de los cuales no son formadores de precios sino plantas de estructura Pyme que siguen el ritmo de los principales actores del mercado.
El dilema, afirman en la cadena industrial, es fuerte. “No sabés qué hacer. Hoy ponés un aumento y no sabés si se va a vender la mercadería, con costos que siguen girando para arriba”, indicó la fuente.
Germán Romero, titular del Centro de Almaceneros de Córdoba, afirmó no tener dudas de que el valor del dólar paralelo se proyecta en la mercadería más “comoditizada”, como el caso de aceites, azúcar, harina, leche y derivados.
En su momento la entidad realizó un estudio sobre la evolución de precios en los últimos cinco años, medidos en pesos. Con una inflación del 2.500% los precios llevados a dólar oficial habían aumentado el 75%, pero tomados a dólar blue no se habían movido. Sencillamente, copian esa evolución, explicó.
El directivo recalcó que la semana pasada se rompió la tensa calma que existía. “Hasta la primera quincena de abril veníamos con una leve desaceleración, pero ahora comenzaron a subir algunas cosas y estamos en niveles similares a los de marzo”, explicó.
El saltó en la divisa informal se complementa por otros “males” que inciden en la formación de los costos. Las Siras (importaciones) están paradas, las tasas de interés por las nubes y los salarios en crecimiento, detallan en el ámbito industrial.
En el primer aspecto, el jueves y el viernes el Banco Central redobló el cepo al pago de importaciones. No habrá giro de divisas al exterior hasta el martes y a partir de ahí, a cuentagotas.
“A las 14 del viernes teníamos listo el pago de insumos para una importación, a las 14.45 el banco nos informó que se había caído”, explicó a este medio un proveedor de la industria de la alimentación.
Por el momento, de esas variaciones se salvaría la harina, un insumo central para la panificación y la producción de pastas.
El jueves y viernes pasado, los principales molinos habían suspendido las ventas, pero si el valor del trigo no se mueve, es difícil que se produzcan incrementos dado que la industria acumula excedentes por las menores exportaciones.