La Nochebuena lluviosa y fresca trajo consigo una sorpresa en los centros de emergencia de los hospitales de la capital tucumana.
“La lluvia calmó el número de incidentes y pacientes que suele ser mayor en las fiestas. Hubo más pacientes el día de la final del mundial que anoche, el día del partido es como si hubiera sido navidad o año nuevo”, comentó Constanza Sánchez Rueda, jefa de guardia del Hospital Padilla.
Lo mismo piensa Mirtha Abdala, médica de refuerzo de la guardia pediátrica del Hospital Nicolás Avellaneda. “Atendimos 120 pacientes en total entre anoche y el día domingo. Años anteriores recibíamos 400 pacientes o más en un lapso de 24 horas, muchos eran para internar, para derivar, para suturar, muchos quemados de cara y de manos”, afirmó.
Según el personal médico, sólo hubo un caso leve de quemadura por uso de pirotecnia, muy pocos casos de traumatismos causados por accidentes caseros y de tránsito, pero lo que más abundó fueron los casos de intoxicaciones por transgresiones alimenticias e ingesta de bebidas alcohólicas.
“Gracias a Dios no hemos tenido lesionados con quemaduras por fuegos artificiales. El número de intoxicados por la ingesta de alcohol ha sido mucho menor que en años anteriores. Se trabajó bastante pero con pacientes con tratamientos breves como hipertensión u otros problemas clínicos”, confesó Mirtha Ester Salazar, médica encargada de la guardia del hospital Centro de Salud.
La doctora Abdala dijo que la noche del 24 de diciembre estuvo bastante calmada y que sólo se atendieron alrededor de 30 pacientes, pero que al día siguiente comenzaron a llegar muchos chicos con intoxicaciones.
Señaló que es porque “muchas veces al niño se le da el mismo menú que al adulto y suelen ser comidas difíciles de digerir entonces los niñitos lo expresan con vómitos y diarrea. Es importante poder cuidar su dieta y entender que no tienen el mismo organismo que el de una persona grande”.
Por su parte Víctor Fernández, médico a cargo de la guardia general del Hospital Avellaneda afirmó que “se atendieron aproximadamente 75 pacientes durante el día, la mayoría vino por problemas gastrointestinales y otros por la reactivación del covid-19, pero por suerte ninguno requirió ser internado”.
“A comparación del año pasado este año estuvo mucho más tranquilo; no tengo un número preciso pero sí recuerdo que hubo más movimiento”, agregó. Cree que esto sucedió porque “la lluvia también hizo que no se tiren muchos fuegos artificiales y que mucha gente se quede en la casa, eso ayudó a que no haya muchos accidentados”.