Por las sospechas, dos hombres habían quedado aprehendidos por la muerte de Francisco Rolando Cabrera, de 51 años. En menos de 24 horas, la autopsia determinó que no habrían tenido nada que ver con el hecho.
Todo comenzó el domingo a las 20. Los tres sujetos trabajaban de mozos para un salón de fiestas. Cabrera no llegó a tomar el colectivo para volver a casa y sus compañeros se ofrecieron a llevarlo en un auto Volkswagen Suran.
Según se informó, minutos más tarde, uno de los sospechosos llamó a la dueña del salón y le avisó que habían dejado a Cabrera a mitad de camino porque les habría intentado robar algo. A la mujer le resultó extraña esa acusación, pero pasó a recoger a su empleado del cruce de rutas 9 y 302. El hombre estaba en la entrada de una citrícola y, según la testigo, le sangraba la nariz, por lo que regresaron al salón para que el mozo se higienizara.
Cabrera le habría negado a su jefa que haya intentado robarles algo a sus compañeros. En ese momento comenzó a sentirse mal, por lo que la mujer pidió asistencia, pero finalmente trasladó a Cabrera hasta una policlínica de Lastenia, a donde llegó sin vida.
La Fiscalía de Homicidios II, a cargo de Carlos Sale, ordenó aprehender a los dos sospechosos que habían llevado y dejado a Cabrera en la ruta. Los hombres cooperaron con todo lo que se les pidió y los peritos señalaron que a simple vista la víctima no presentaba lesiones, por lo que la autopsia iba a ser clave para revelar si tenía lesiones internas o si la causa de muerte era otra.
El lunes al mediodía, el informe preliminar de la autopsia reveló que Cabrera falleció por una afección cardíaca, por lo que se trataría de una muerte natural. Por eso, el fiscal pidió que liberen a los sospechosos.