En la primera jornada por el juicio oral por el crimen del sacerdote Oscar Antonio Juárez en su casa parroquial se realizó la primera declaración de testigos
En la jornada pudieron declarar, entre otros, los hermanos del sacerdote, José Bautista y Luis Roberto Juárez. El primero, contó que el cura le entregó una importante suma en dólares, antes de que se registrara el mortal suceso.
“Cuando me enteré de que lo habían matado, automáticamente lo relacione con el dinero”, explicó entre lágrimas. Ambos describieron el impacto que significó para su familia la pérdida del párroco.
También declaró una mujer que compró el cuchillo con el que el cura fue ultimado, el cual le fue vendido por un sujeto que lo encontró en el Canal Sur, según declaró.
Herrera fue detenido a los pocos días del crimen, luego de que se hallaron en su vivienda prendas de vestir y un par de zapatillas con manchas de sangre.
El crimen
El 14 de julio de 2020, entre las 22:40 y las 23:30 horas, aproximadamente, en circunstancias en las que Oscar Antonio Juárez, se encontraba dentro de su domicilio, en la residencia parroquial de la iglesia San Martín de Porres, fue que Jorge Leonardo Herrera empuñando un arma blanca y con intención de causarle la muerte para ocultar el desapoderamiento de dinero y garantizar su impunidad, accionado sobre seguro, valiéndose de que Juárez se encontraba de espaldas, le asestó 14 heridas punzocortantes.
En base a testimonios recolectados en el expediente, se determinó que el dinero estaba guardado en la casa de Valdez, pero que en marzo, antes del inicio de la cuarentena por el coronavirus, había sido sacado de esa propiedad.
Eso llevó a que Herrera fuera a buscarlo a la vivienda del cura, donde tampoco pudo hallarlo y donde fue descubierto por Juárez, a quien, de acuerdo a la acusación fiscal, apuñaló 14 veces.
Luego se supo que el párroco había entregado ese dinero a sus hermanos para que lo guardaran en su casa, tal como ellos declararon ante los investigadores cuando ya Juárez había sido asesinado.
Sobre la secretaria Valdez y su hijo, el imputado, el fiscal manifestó en el requerimiento de elevación a juicio que se trata de “personas que contaban con la confianza de la víctima, compartiendo muchos momentos juntos y manteniendo contacto con cierta regularidad”.
La víctima tenía 67 años, llevaba 42 como sacerdote y desde hacía 13 estaba a cargo de la parroquia San Martín de Porres, según precisaron fuentes del arzobispado.
El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, dijo a las horas de conocerse la noticia del crimen que “la muerte de un sacerdote genera un dolor profundo, pero en especial la de este cura que estuvo muchos años dedicado a la Iglesia pero tenía pilas para seguir”.
Sánchez describió al párroco Juárez como “una persona humilde, generosa y servicial”, que pertenecía a una familia muy cercana a la iglesia católica y contó que había pasado por el Seminario Mayor.