El caso de exorcismo en Salta tuvo una fuerte repercusión a nivel nacional. Dos mujeres aseguran que días atrás fueron a realizar un trámite a la Catedral de esa provincia y escucharon gritos provenientes de una de las oficinas de la sede.
Luego, según cuentan, un sacerdote les abrió la puerta y vieron que el religioso había exorcizado a una mujer, que aparentemente estaba poseída por el demonio.
El relato de las testigos salió a la luz días atrás de la mano con un comunicado del Arzobispado de Salta, donde la iglesia local se expresa sobre lo sucedido sin dar demasiados detalles en el que informa su decisión de designar a dos religiosos como exorcistas oficiales.
En el texto, el arzobispo Mario Antonio Cargnello designó a dos sacerdotes para que conformen el Ministerio del Exorcista. Se trata de Loyola Pinto y de Sancristóval y de Héctor Fernando Campero, quienes se encargarán de “liberar” a las personas que lo necesiten de “manifestaciones del demonio”. Son procedimientos extraordinarios.
La Arquidiócesis de Salta comunicó la novedad y aclaró que no da más detalles porque se trata de un “tema de mucha reserva”. “El demonio sigue empeñado en alejar a las almas de Dios, invitándolas, a través de la tentación, a pecar. Por eso podemos afirmar que ese es el peor de los males y causa de tantos otros. A esto se lo suele denominar, ´acción ordinaria del demonio’”, señala el texto oficial.
La intervención de los sacerdotes será en situaciones en las que “el Demonio puede actuar de forma extraordinaria a través de la infección de lugares, la vejación a personas y la más extrema, que es la posesión. Se le llama extraordinaria, no solo por sus manifestaciones externas, sino por su poca frecuencia”.