El golpe de calor es la patología más grave que genera el calor en la población, ya que suele requerir de internación. Antes de llegar a este estadio se atraviesa a uno previo que se denomina agotamiento por calor y que tiene lugar fundamentalmente en la etapa de inicio de las primeras olas de calor, que en esta semana Tucumán se encuentra atravesando con temperaturas por arriba de 35 grados.
“La persona con agotamiento de calor puede deshidratarse, manifiesta mucho cansancio, pocas ganas de comer, puede tener vómitos y diarrea, sufrir estadios de confusión; ante lo que hay que sacarla de ambientes cálidos, trasladarla a un sitio con aire acondicionado o con la ventilación adecuada y proceder a hidratarla”, afirmó Jordán, mientras que advirtió, si el paciente presenta una alteración en su sistema nervioso y se confunde, pierde la capacidad de respuesta seguida de mareos, vómitos e incluso pérdida de conocimiento, debe ingresar por guardia y ser atendido en un centro asistencial.
En este sentido, la profesional destacó la importancia de la hidratación a través del consumo primordial de agua entre todos los líquidos: “Hay que evitar bebidas dulces como las gaseosas, alcohólicas e infusiones calientes dentro de lo posible. Así también es preferible evitar las comidas abundantes y priorizar el consumo de alimentos frescos como frutas y verduras”.
Siguiendo esta línea, la referente sostuvo en cuanto a la vestimenta lo fundamental del uso de ropa suelta, de materiales delgados y colores claros y sugirió el uso de gorras o sombreros que protejan la cabeza. En lo que atañe a ejercicios físicos instó a evitar las prácticas deportivas en lugares muy calurosos o entre las 11 a las 17 horas, por tratarse de la franja horaria en la que generalmente mayores peligros reviste la exposición solar.
“Siempre hay que emplear una protección solar de factor 30 o mayor y en lo posible permanecer en ambientes que se mantengan con acondicionamiento de aire. Hay que tener en cuenta que las personas que pueden sufrir mayormente los efectos del golpe de calor, son las poblaciones de menores de 5 años en quienes hay que fomentar la lactancia a demanda y la hidratación permanente, así como en mayores de 65 años que deben evitar la exposición solar y mantenerse hidratados ya que con la edad van perdiendo de a poco el sistema de regulación térmico adecuado propio del organismo”, puntualizó la especialista.
Aquellos que sufren enfermedades crónicas, ya sean cardíacas, respiratorias, metabólicas -como la obesidad o diabetes-, dermatológicas, psiquiátricas, entre otras, son población considerada de riesgo ante las inclemencias del calor y a la que se debe prestar especial atención.