¿La variante Ómicron podría ser el comienzo del final de la pandemia?

Publicado el: 3 diciembre, 2021

Los expertos no quieren ser demasiado pesimistas respecto a la aparición de Ómicron, y en los informes de las firmas y bancos de inversión se observa un intento generalizado por relativizar el impacto de esta nueva cepa del Covid y esperar a ver qué pasa antes de hacer saltar las alarmas. Aunque es un hecho que hay nerviosismo -las caídas en las bolsas así lo demuestran-, también es cierto que esta visión ’optimista’ de los analistas contribuye a calmar un poco los ánimos.

La firma Intron Health, dedicada específicamente a analizar el sector sanitario, representa probablemente el máximo exponente de ese ’optimismo’. Así, afirma que Ómicron “podría ser, con suerte, el principio del fin de la pandemia“. Alegan estos expertos que, “si bien es probable que sea demasiado tarde para contener la nueva variante, que podría ser un 40% más transmisible, encontramos pruebas de que puede causar síntomas más leves. Si resulta ser una forma más transmisible pero más leve que Delta, el virus se dirige hacia la fase endémica en nuestra opinión, volviéndose más parecido a la gripe“.

La presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica y una de las descubridoras de la variante Ómicron, la doctora Angelique Coetzee, ha pedido que no cunda el “pánico innecesario” ante esta nueva modalidad, precisamente porque sus síntomas, según los datos que baraja en estos momentos, son “muy débiles”.

Los síntomas de Ómicron no incluyen, por ejemplo, la pérdida de gusto u olfato. Esto sugiere, según explica Intron Health, que no causa daños en los nervios, algo que sí ha sucedido, y que ha llevado a síntomas más graves, con otras variantes.

Pese a esta visión ’favorable’, estos analistas reconocen que realmente es muy pronto para opinar sobre la gravedad potencial de las infecciones causadas por Ómicron. Aun así, ven “probable” que esta variante dé lugar a una enfermedad más leve y se basan también en el hecho de que en Sudáfrica las hospitalizaciones no estén aumentando significativamente. Por otro lado, de los pacientes de Covid que ingresan, el 80% no están vacunados, “lo que sugiere a su vez que las vacunas pueden proporcionar cierta protección contra la enfermedad grave“.

Las caídas en las bolsas de la pasada sesión vinieron motivadas por las declaraciones sobre las vacunas relacionadas con esta nueva cepa. Así, el consejero delegado de Moderna, Stephane Bancel, reconoció que la vacuna actual no es tan efectiva contra Ómicron, y esto generó gran nerviosismo.

Desde Intron Health asumen que es probable que sea necesaria una nueva vacuna, dado que la nueva cepa es “sustancialmente diferente” a la cepa original de Wuhan, por lo que consideran que es el momento de actualizar las vacunas para aumentar su eficacia de nuevo. Sin embargo, también relativizan este miedo al destacar que tanto Pfizer como la propia Moderna han dicho que podrían tener lista la vacuna actualizada a principios de 2022, un plazo relativamente cercano.

El mercado espera que los principales fabricantes de vacunas tengan datos en los próximos quince días sobre la protección que confieren las mismas contra la variante sudafricana, mientras que se prevé tener más información sobre la transmisibilidad en dos o cuatro semanas, y en los próximos uno o dos meses, sobre la gravedad.

Con todo, el consenso insiste en que es “demasiado pronto” para decir cómo afectará Ómicron a los mercados a largo plazo, tal y como señalan desde Schroders, al tiempo que añaden que “no es el momento de exagerar”. “Sencillamente, aún no tenemos suficiente información al respecto“, reconocen.

Algunos en Wall Street han estado destacando los peores escenarios ante la nueva cepa, pero según un informe del analista Marko Kolanovic, de la banca JP Morgan, los datos actuales no deberían hacer sonar las alarmas por el momento.

Los casos sudafricanos están cerca del promedio pandémico y las muertes por COVID están cerca del mínimo, una situación bastante favorable en relación con los últimos dos años”, explicó.

Y aunque los inversores parecen estar llegando a la idea de que la variante Ómicron puede no ser una amenaza tan grande como se pensaba originalmente, muchos están preocupados por una reacción exagerada de los gobiernos, con las restricciones de viaje como la mayor preocupación.

Por ejemplo, Kolanovic señaló que los vuelos están restringidos desde varios países africanos que no tienen Ómicron, pero no están restringidos a los países europeos que tienen casos.

Pero si finalmente se descubre que Ómicron es una cepa menos letal, podría “resultar un riesgo positivo para los mercados”, según el informe. Eso es porque si la nueva variante desplaza variantes más mortales, podría acelerar el final de la pandemia y convertir COVID-19 en algo similar a la gripe estacional.

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