Es casi imposible concebir a Marcelo Tinelli sin Marcela “La enana” Feudale al lado. La locutora de comunicación empezó junto a el en VideoMatch y desde entonces nunca lo soltó. Toda su carrera la construyó a su lado donde además de destacarse por su imponente voz y su risa contagiosa, se ganó el corazón de todo el público. Descubrí cómo fueron sus inicios y sus recuerdos más preciados de los 90 según reveló en en el ciclo de entrevistas de El Método Rebord.
Tiene 58 años y más de 30 años de carrera en los medios de comunicación. “Después de obtener el título (de locutora) ya estaba trabajando. Y encima en radio Rock & Pop“, señaló. En ese entonces todavía no había arribado a VideoMatch, pero según afirmó, “siempre supo que iba a terminar ahí“.
“Había trabajado con muchos de los que estaban en VideoMatch. Se liberó el puesto de locutora y todos coincidieron que me podían llamar a mí. Me llamó Claudio Villarruel para preguntarme si me interesaba. Me puso en un problema porque la plata no era mala, pero yo era más del palo de Rock & Pop“, recordó. Sin embargo, por problemas en la radio y actitudes de sus superiores que consideraba machistas, optó por dejarla: “Me ofrecieron un programa de madrugada, se iba a llamar ’A la cama con Feudale’. Eso lo rechacé. Villarruel insistió, me invitó al canal y me convenció“.
“Me quedé con ShowMatch y al tiempo me salió Mateyko en Radio Rivadavia. Todo se fue dando naturalmente“, añadió. Aquí es donde sorprendió a sus entrevistadores ya que mencionó cómo eran sus sueldos, propios de la época menemista. “Nosotros en esos años estábamos en la gloria. El uno a uno para una persona que trabaja en los medios significaba que una cámara salía 10 mil dólares, es decir, 10 mil pesos. Y eso en el medio no eran nada. Las facturaciones eran muy altas“, señaló.
“¿Querés que te diga cuando llegué a ganar? Yo llegué a ganar 26 mil dólares. Después yo me fui un verano a trabajar y gané 30 mil dólares. Tenía un programa de radio, trabajaba con Mateyko en la Movida de verano. Hacía un programa en Pinamar… Pasa que eran pesos-dólares. Nadie los cambió, nadie se los quedó. Tiene que haber sido muy astuto el que lo hiciera“, reconoció.
“Pero era una ficción. Nosotros cuando vamos a París para hacer el Mundial 98’ viajamos en un avión, con 400 personas asignadas a un programa de televisión. Era un descontrol. Nos trajimos medio París. En Disney también compré todo. Nos pusimos ’los compradores de boludeces’. Porque te comprabas todo“, destacó.