Gabriel Pérez Soto se encuentra detenido en el penal de Villa Urquiza luego de ser condenado como culpable por la muerte de María Cristina Ávila, a quien la justicia determinó que empujó desde el balcón de su departamento en calle Congreso al 800, en abril de 2018.
Tras el juicio, en el cual nunca se logró determinar con certeza si Pérez Soto era realmente el causante del fallecimiento de su pareja, el Juez Romero Lazcano tomó la determinación de condenarlo a cadena perpetua, aunque todavía su sentencia no está firme.
Pérez Soto, se encuentra alojado desde hace 3 años y nueve meses, pasándose 90 días de lo permitido para que la sentencia quede firme. Su abogado Álvaro Zelarayán, presentó pruebas en los que asegura que el preso se encuentra con peligro de vida debido a graves enfermedades.
Ante esto, este viernes realizaron una audiencia con el juez de la causa, acompañado de la Fiscal y la querella, en la que la hermana de Pérez Soto presentó todas las pruebas mencionadas, para no dar lugar a dudas sobre lo que dijeron verbalmente y llamativamente, el letrado pidió apartarse de la causa, aduciendo ser incompetente para seguir con la misma.
“Todo es muy injusto, es lo que estoy reclamando hoy. Tengo prueba de cada cosa que digo y fundamento para esto, estoy diciendo la verdad”, admite Natalia, quien además es estudiante de Derecho.
La mujer, además agregó que su principal objetivo es lograron que se dé nulidad al juicio anterior y comenzar uno nuevo, que pueda ser transparente, público y con veedores de la Corte Suprema de Justicia.
“El médico del Ministerio Público Fiscal dijo que la cárcel no es un lugar para que una persona una enfermedad tan grave como la hepatitis C esté alojada, sabiendo además que tiene otras dos que combinadas son una bomba de tiempo. No hay un control diario, el médico se encuentra hasta las 12 y luego tienen que arreglársela ellos solos. El otro día mi hermano tuvo convulsiones y tuvo que ser asistido por los otros internos”.
Pérez Soto pide que ante lo ocurrido, su hermano consiga la prisión domiciliaria con tobillera eléctrica. “Perdió 10 kilos, piezas dentales, pierde pelos de la cabeza, está angustiado”, detalla.
Además, reclamó que en la junta médica que se realizó, no citaron al médico que lo controló en el penal, sino a otro que nunca lo había visto y que declaró que se encontraba en buen estado de salud.
“Hoy no se tomó una resolución porque al yo exponer las pruebas públicamente, la fiscal dijo que desconocía lo que yo mostré, mi abogado mando toda esa información, queda todo registrado. Se decidió que la próxima audiencia será este martes a las 8, ahí se evaluarán todas las pruebas y se citarán nuevos médicos”.
En el juicio donde se determinó lo que finalmente fue su privación de libertad, uno de los peritos abocados a la causa admitió que debido a no tener conocimientos científicos, no podía probar con certeza que Pérez Soto haya sido quien empujó a su novia. Además, el médico que realizó la autopsia del cuerpo de Ávila, detalló que la joven no tenía marcas de haber sido forcejeada, ni tampoco en la zona lumbar, donde debía tener signos de estar apoyada en la baranda.
El expediente asegura que se lo sentencia a cadena perpetua “por presunción”, ya no hubo médico que pueda verificar la caída. “Si mi hermano fuera culpable, no lo estaría defendiendo. Todas sus ex parejas declararon a favor de él, no se tuvieron en cuenta los mensajes de texto, convenía más decir que se hizo justicia”, cierra Natalia, a la espera de lograr una respuesta favorable a su pedido.