Ana María Romero, de 42 años, y con domicilio en el barrio Tagusa de Aguilares, fue hallada sin vida este viernes pasado, en un camino despoblado del este de Concepción.
La autopsia que le practicaron los peritos judiciales confirmó que fue asesinada mediante asfixia por ahorcamiento. Todo indicaría que se trata de un nuevo caso de femicidio. Así se conoció en un parte difundido por el Ministerio Público Fiscal.
Los investigadores, por otro lado, establecieron que la víctima ejercía la prostitución durante la noche en inmediaciones de la ex estación de trenes de “La Perla del Sur”. Romero fue identificada por uno de sus hijos que vive en Concepción.
El cuerpo de la mujer fue encontrado alrededor de las 16 del viernes por dos personas que caminaban por una vía despoblada y rodeada de matorrales -la cual se extiende desde la vieja traza de la ruta 38 (a unos 500 metros al sur del río Gastona) hasta el barrio Primero de Mayo II-.
El cuerpo de Romero estaba a 10 metros de la orilla del camino en posición boca abajo. Tenía su pantalón desprendido y bajado, con su ropa íntima, hasta la altura de las rodillas. Además tenía un traumatismo en la cabeza y otras lesiones compatibles con un ataque. En un principio y hasta el cierre de edición del viernes, tanto la identidad como las causales de la muerte eran desconocidas.
La auxiliar de la Unidad Fiscal de Feria del Centro Judicial de Concepción, Emilia López Delgado, lanzó un pedido de colaboración a la comunidad a fin de obtener datos que permitieran la individualización de la mujer. Al mismo tiempo ordenó la autopsia inmediata del cuerpo para determinar las causas de su deceso.
Agentes de la Brigada de Investigaciones de la Regional Sur dieron en Aguilares con una mujer que brindó las primeras pistas que llevaron a ubicar el domicilio de la fallecida en el barrio Tagusa. Ahí permanecía uno de sus dos hijos, quien le dijo a la Policía que su madre estaba ausente desde el domingo pasado. Pero aclaró que esto no le llamó la atención en razón de que Romero estaba acostumbrada a permanecer fuera de su casa varios días. Los datos fisonómicos que brindó a los investigadores coincidían con los de la víctima. Finalmente el hijo se encargó de reconocerla.
La autopsia que se le practicó al cuerpo confirmó el deceso por “lesiones compatibles con un ataque”. Ahora las pesquisas se orientaron al chequeo de las cámaras de seguridad de la zona en que solía instalarse Romero. Se confía en que de ahí podrían surgir pistas sobre el autor del crimen.
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