El maltrato infantil altera el desarrollo del cerebro del niño en formas que pueden aumentar su riesgo de consumir drogas y sufrir otros trastornos mentales en la edad adulta. En un estudio patrocinado por el NIDA, los investigadores descubrieron que los adultos jóvenes que habían sido maltratados en la niñez presentaban diferencias en nueve regiones corticales en comparación con quienes no habían sufrido maltrato.
Imagen. El maltrato infantil modifica la arquitectura de la red cortical En adultos jóvenes que habían sufrido maltrato durante la infancia, el cíngulo anterior izquierdo, una región del cerebro que participa en la regulación de emociones e impulsos (señalado con un círculo verde en las dos imágenes superiores), estaba conectado con menos regiones que en el caso de los adultos jóvenes que no habían sido maltratados. Los antecedentes de maltrato infantil estuvieron vinculados con mayor conectividad de la ínsula anterior derecha (círculos verdes, imágenes del centro) y el precúneo derecho (círculos verdes, imágenes inferiores), regiones del cerebro que participan en la percepción subjetiva de emociones y el pensamiento egocéntrico, respectivamente. Los círculos violetas son áreas con conexiones directas y los círculos azules son áreas con conexiones indirectas a las regiones índice.
El aumento de centralidad de la ínsula anterior puede causar deseos más intensos de consumir drogas, lo que se suma a una menor comprensión de las consecuencias del consumo.
La disminución de la centralidad del cíngulo anterior puede reducir la capacidad de controlar impulsos o tomar decisiones apropiadas.
La relación entre edad de inicio del trauma y la duración o cronicidad, definen el tipo de déficit que presentará el niño. Además, el mayor déficit o daño neurológico sufrido está relacionado con la temprana edad de inicio del trauma y mayor duración de éste.
Igualmente, el grado de trauma también depende del momento de desarrollo evolutivo y del proceso de mielinización que hacen al cerebro más o menos vulnerable al estrés.
Las conclusiones del estudio sugieren que el maltrato infantil es un factor estresante grave que altera las trayectorias del desarrollo cerebral. Es importante optar por tecnicas conductuales que fijen el aprendizaje asertivo en el niño y establezca una disciplina correcta y no una obediencia por miedo
Este estudio se realizó con el apoyo de los subsidios DA016934 y DA017846 de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).