El mundo del fútbol está listo para un nuevo clásico de las Américas, el más popular de todos, el más picante. Argentina y Brasil, la albiceleste y la verdeamarela se ven cara a cara y vuelven a definir una copa ante los ojos de un planeta en pandemia por el covid. ¿Qué dicen las estadísticas?
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Y aunque en las tribunas del Maracaná no haya nadie, nada impedirá que el sábado a las 21 las selecciones jueguen por 108 vez en la historia. En este duelo, el equipo de Lionel Scaloni tendrá la posibilidad de igualar a Brasil en el historial que pierde por uno, 39 a 38 (hubo 25 empates), entre los 102 juegos oficiales que disputaron.
Los fríos números se calientan para la ocasión porque se trata de un partido que nadie quiere perder, que da la posibilidad de alzar una copa, y a la Argentina particularmente, de desquitarse y sacarse la mufa de haber perdido las últimas 3 finales que disputó con Brasil. Ganó solo la primera, en 1937, cuando la Copa América ni siquiera se llamaba así. Después le tocó ver cómo el conjunto carioca le gritó campeón en la cara, en la Copa América 2004, en la Copa Confederaciones 2005, y otra vez en la Copa América de 2007.
¿Será la hora de la revancha? Argentina llega bien, enchufado, con figuras en todas las líneas y el mejor del mundo en su mejor momento. Brasil, por su parte, es Brasil. Confiarse queda prohibido y rogar por no levantarse el sábado con el pie izquierdo y tener una buena noche es clave para que Argentina grite campeón en la casa del eterno rival.