La historia del perro al que le destrozaron las patas a machetazos

Publicado el: 8 noviembre, 2017

La historia de Rolandito (o Pirucho) conmueve a  la ciudad bonaerense de Avellaneda y su nombre ya es conocido en todo el país. Se trata de un perro que sufrió terribles torturas pero fue rescatado y hoy se recupera, con las esperanzas de volver a caminar algún día.

El animalito estuvo más de dos días tirado en un charco de sangre porque le habían destrozado las patas. Un hombre humilde pero con la convicción de salvarle la vida cambió su destino y permitió que se reencontrara con su familia.

“Por favor, vengan a buscar a este perro. Hace más de dos días está tirado en un charco de sangre, le molieron las patas a palazos”, le avisó por teléfono un vecino a Raúl Yurquina, que es conocido en Avellaneda por ocuparse de los animales en situación de calle y que sin ayuda de nadie lleva adelante el Refugio Lucero donde alberga a más de 50 rescatados.

“No dudamos en ir a ayudarlo, pedimos un flete y, cuando llegamos al lugar encontramos efectivamente al perro en terribles condiciones. Estaba sufriendo, sin poder moverse, con sus dos patas delanteras heridas: se las habían inmovilizado para partírselas a machetazos hasta dejarlas completamente rotas. Las imágenes helaban la piel y retorcían el alma”, recuerda Liliana Delio (59) que colabora con Raúl hace tres años, entre otras cosas, en las tareas de difusión de los casos de los que se ocupan. Lo bautizaron Rolandito y le prometieron que iban a hacer todo lo que estuviera a su alcance para salvar su vida.

Sabemos quién fue el responsable y, si bien somos partidarios de proceder con denuncias como corresponde, en este caso no quisimos hacerlo por miedo a que tomaran represalias con el refugio, los animales comunitarios o contra el mismo Raúl. Esto es algo que lamentablemente ya sucedió: Raúl fue amenazado y golpeado brutalmente. Las denuncias no han servido más que para confrontaciones. En ese momento lo primero era atender al animal, ya había padecido demasiado”, dice con firmeza la colaboradora.

Raúl es una persona humilde que no cuenta con un trabajo estable, vive en un barrio muy carenciado y a veces no come para asegurar el alimento a todos sus rescatados. Además se encarga de alimentar más de veinte perros comunitarios y de llevar a castrar al mismo número de animales por semana entre callejeros y con dueños de bajos recursos. Pero esas condiciones nunca lo detuvieron ni le sirvieron como excusa.

“Con el mismo transporte trasladamos a Rolandito a la Facultad de Ciencias Veterinarias en Agronomía. Allí le dieron los primeros auxilios y luego de más de seis horas de espera finalmente le abrieron una historia clínica y le tomaron placas“, detalla Liliana.

Afortunadamente, las buenas noticias para el sufrido perro adulto no terminaron allí. Rolandito se había escapado por accidente de su casa y su familia lo buscaba hacía ya más de un mes.

“A fines de octubre un señor se contactó con nosotros afirmando que Rolandito en realidad se llama Pirucho, y que se le había escapado cuando abrió la puerta de su domicilio y desde ese mismo día lo estaba buscando. Le hicimos muchas preguntas para asegurarnos que fuera quien decía, nos mostró fotos y realmente se veía que era un perro muy querido al que una familia estaba esperando“, indica Liliana.

Y agrega: “Hoy, en plena recuperación, Rolandito, Pirucho, está de nuevo en su hogar, de donde nunca debió haberse ido. Es un caso de los tantos que hemos pasado y seguiremos pasando lamentablemente, pero con la esperanza de que cada vez sean menos. Con la ayuda de muchas personas y la difusión del caso, hoy Rolandito, está recuperándose rodeado del amor de la familia que lo eligió desde pequeño. Por eso para nosotros es muy importante que las personas sepan la importancia de la castración, de la chapita con un contacto o de no sacarlos a pasear sin correa, es una forma de cuidarlos y cuidarnos”, concluye.

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