Oscar Luna, de 20 años, se debate entre la vida y la muerte tras ser atacado por una patota durante un cumpleaños, el domingo a la madrugada. Un grupo de unos 15 jóvenes que habría sido echado de la fiesta, esperó a que el muchacho saliera y lo atacó cuando se dirigía a su casa.
Luna permanece internado con pronóstico reservado, tras ser operado por las lesiones que sufrió en su cabeza. Sus familiares y amigos marcharon frente a Tribunales Penales reclamando la detención de los agresores y acusando al personal del destacamento policial de Soldado Tucumano, quienes según la querella, se habrían negado a darle asistencia al joven herido.
“Mi hijo se desangraba y ellos no lo quisieron asistirlo”, explicó Roxana, madre del muchacho.
“A mi hijo lo dejaron tirado porque creyeron que lo habían matado. Le querían pasar con una moto por encima. Son gente del barrio. Los vecinos les tienen miedo. Yo pude reconocer a cuatro”, agregó.
Por su parte, su abogado, Sebastián Serrano, señaló: “Fue un hecho aberrante. Además hubo un mal proceder policial. Al chico sus familiares lo llevaron moribundo y pidiendo ayuda al destacamento para que lo llevaran de urgencia al hospital, y le negaron la entrada. Ellos podrían haberlo ayudado y evitar que su salud empeorara”, lamentó el letrado.
“Fue un hecho gravísimo. El chico está sedado porque tiene traumatismo de cráneo y un pulmón perforado. Los policías podrían haber pedido asistencia médica por lo menos”, concluyó.
