Fingieron su propio secuestro para estafar a sus padres

Publicado el: 17 enero, 2018

Un matrimonio de la ciudad de La Falda, en la provincia de Córdoba, pasa por un muy mal momento después de un supuesto secuestro, una estafa y ahora la detención de sus dos hijos.

Todo comenzó en noviembre pasado. Una jubilada de 75 años recibió una llamada cerca de las 3 de la madrugada y recibió la peor noticia. Una voz que se identificada como la de su hijo le decía que había sido secuestrado y que lo iban a matar si no entregaba un monto de dinero estipulado por los presuntos agresores.

Mamá, por favor, entregá el dinero porque van a matarme”, le dijo quien ella creía que era su hijo varón. Aquella madrugada, la mujer salió de su casa e hizo dos entregas de dinero en distintos puntos de esa ciudad del Valle de Punilla.

En total, depositó en cestos de basura dos bolsas de un color determinado (de un hipermercado de la ciudad de Córdoba) con 60 mil dólares y 40 mil pesos en efectivo, según quedó asentado en la denuncia judicial.

A partir de la segunda entrega, la comunicación se cortó y los “captores” dejaron de amenazar. Cuando los padres lograron contactar a sus hijos descubrieron que todo había sido una mentira para estafarlos, ya que los jóvenes dijeron que nunca habían sido víctimas de ningún tipo de delito durante esa madrugada.

El matrimonio tenía ese dinero en la casa a raíz de que, tiempo atrás, había cobrado una herencia producto de la venta de una propiedad en la provincia de Buenos Aires.

Alguien conocía este dato íntimo y planeó lo que después se descubriría que había sido una gran estafa. Este martes se conoció que tras dos allanamientos, el fiscal de Cosquín, Martín Bertone, imputó de encubrimiento calificado por procedencia dolosa a los dos hijos de la pareja, un hombre y una mujer, ambos mayores de edad.

Los operativos se concretaron en las viviendas de ambos, donde la Policía secuestró 10.061 dólares, 21.600 pesos, cinco teléfonos celulares, un revólver calibre 22 y una bolsa similar a la que utilizó la jubilada aquella madrugada de noviembre para dejar el dinero en los cestos de basura.

A diferencia de los llamados “secuestros virtuales” en los que los delincuentes directamente mienten que tienen cautivo a un familiar al que ni siquiera conocen, en este caso, según sospecha la Justicia provincial, las presuntas víctimas del “secuestro” tuvieron una activa participación en el engaño.

La investigación se basó, en parte, en escuchas telefónicas que orientaron a la Policía a llegar a la pista de los hijos como presuntos autores de la estafa.

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